Heredera del movimiento de la Nouvelle Vague, por su estilo realista, sencillo en la plasmación de los sentimientos, sin embargo es francesa hasta la médula porque plantea, como normal, cierta amoralidad en las relaciones.

El protagonista de esta comedia gala es un hombre realmente enamorado porque, a pesar de los años transcurridos, no olvida a su primer amor, de ahí que intente reconquistarla cuando se queda inesperadamente viuda. El problema es que su amada, Marianne, lleva un equipaje conflictivo, un chaval que desde el primer momento le saca las garras y que, además, la hermana del fallecido está enamorada de él desde niña.

El actor galo Louis Garrel es protagonista y también el director de esta comedia irónica, que nos sumerge en un triángulo amoroso. Los personajes femeninos están interpretado por su esposa en la vida real, Laetitia Casta,  y la joven Lilly-Rose Depp, cuyo apellido ya descubre de quien es hija.

Entre sus momentos más logrados se encuentran aquellos en los que sale el niño, hijo de la protagonista, que tiene un claro complejo de Edipo, no quiere compartir a su madre y cuyos métodos para “largar” a sus pretendientes, dado que su progenitora es muy atractiva, son bastante curiosos. Se anuncia como la comedia francesa del año, y retrata cierto aturdimiento de la sociedad actual que confunde aclarar las ideas, sentimentalmente, con el libertinaje.Se ve con simpatía y poco más.

Para: los seguidores del cine francés que quieran observar hacia dónde avanza.