Con un contenido lleno de buenos sentimientos, esta comedia familiar explora las relaciones entre padres e hijos y tiene un objetivo tan alabable como es promover el acogimiento de menores procedentes de ámbitos difíciles.

Un matrimonio joven, Pete y Ellie, deciden formar una familia y se decantan por el mundo de la adopción al acoger en su hogar a tres hermanos hispanos, que tienen una madre drogadicta a quien le han quitado provisionalmente su custodia. Este hecho cambia la vida a mejor de todos ellos; de los adultos porque les ayuda a madurar y a sacrificarse ante las dificultades que plantea responsabilizarse de otros seres humanos y la de los menores porque, al fin, logran lo que cualquier persona desea: ser querida.

Inspirada en hechos reales, Mark Wahlberg y Rose Byrne están estupendos, y divertidos, en sus papeles de aprender a ser padres a toda velocidad.

Solo una pega al contenido de este film: en su afán por lograr un hogar para todos los niños dependientes del Estado, no parecen muy selectivos y aceptan para la adopción a todo tipo de “familias”, término muy repetido ahora tras el nombre dado a la nueva consejería de la Junta de Andalucía ¿No es más conveniente pensar primero en las necesidades del niño, luego en los padres y no, como sucede en esta película, al revés?

Para: los que les gusten las comedias familiares