Este thriller terrorífico funciona, como una maquinaria de reloj bien engrasada, a pesar de que toda su acción discurre prácticamente en un solo escenario bajo tierra y está protagonizada por tres personajes. Está producida por el excelente J.J. Abrams que ha apostado por el joven Dan Trachtenberg, que dirige su primera película.  Tras sufrir un accidente de tráfico, la joven Michelle despierta en una especie de bunker al cual le ha conducido un extraño individuo, Howard, con la justificación de que, en el exterior, hay una guerra que ha sumido a la Tierra en un escenario apocalíptico. En ese mismo lugar también se encuentra Emmet, un manitas que ayudó a construir ese refugio… Con este arranque, este largometraje consigue un excelente suspense haciendo dudar de si estamos ante un loco o un visionario excéntrico, de si nos encontramos ante un secuestrador o, efectivamente, ante un ser humano que ha apostado por salvar a alguien además de a sí mismo. John Goodman cambia su habitual registro de individuo simpático para encarnar al misterioso controlador de esta angustiosa situación. Muy entretenida y con un ritmo que nunca decae, sólo posee una pega: su giro argumental final a algunos (entre los que nos encontramos) nos resulta increíble. En cualquier caso una película que merece la pena si les gusta el suspense con gotas de terror. Para: Los que les guste ir al cine a contemplar películas de suspense-terror que nunca aburren Juana Samanes