Doce extraños se despiertan en medio de un bosque tras haber sido drogados en sus respectivas ciudades. No saben dónde se encuentran ni por qué han sido elegidos para servir de presas a un grupo de salvajes cazadores. Lo único que tienen claro es que deben resistir. No obstante, poco a poco van cayendo, aunque una de ellos, Crystal, está más preparada que sus perseguidores.    

La empresa Blumhouse Productions está detrás de la mayoría de los éxitos recientes de terror, es el caso de la divertidísima Déjame salir (que ganó el Oscar a mejor guión original en el año 2018) o la inquietante La Purga: La noche de las bestias. En la misma línea de ésta última se encuentra La caza pero con una mayor carga de violencia y gore (la sangre parece que salta hasta las butacas).     

Argumentalmente a algunos el arranque de este film les parecerá similar a otros sobre desconocidos secuestrados y atacados como la canadiense Cube (1997) o la primera entrega de la trilogía juvenil de El corredor del laberinto (2014) . Pero lo que la diferencia de ellas es su ritmo trepidante, que nunca deja tregua al sobresalto, y una de las características más celebradas en las películas de Blumhouse: que nada resulta previsible. Tanto es así, que no tomen demasiado “apego” a ninguno de los personajes porque algunos duran, como se dice popularmente, “menos que un telediario”.

Que la película tenga muchísima acción no ha impedido que las verdaderas protagonistas sean dos mujeres, con una excelente forma física y totalmente creíbles en sus antagónicos personajes. A destacar especialmente la gran actuación de Betty Gilpin, que posee un físico potente y muy adecuado para convertirse en una “Rambo” femenina.

Otro de los aciertos es el apartado técnico, está rodada de forma magnífica y hay secuencias, como una pelea relevante, que nada tiene que envidiar a lo que hizo Tarantino en Kill Bill.    

En su contenido, mientras resulta oportuna la crítica que se hace a  las peligrosas repercusiones sobre lo que se publica en redes sociales, en lo que claramente es más floja es en su simplista y demagógico discurso sobre los pijos elitistas que se creen por encima del bien y del mal.

Para: los que les gusten las producciones de terror bien rodadas.