Este largometraje, de Scott Cooper, traslada a la gran pantalla la novela biográfica que los periodistas del diario The Boston Globe, Dick Lehr y Gerard O'Neill, escribieron sobre  el delincuente irlandés James (Jimmy) Whitey Bulger, calificado como uno de los criminales más peligrosos de la de Historia de Estados Unidos. "La realidad supera la ficción", por eso a los hermanos Whitey, criados en la parte sur de Boston, la vida les llevó por caminos antagónicos. Mientras Billy estudió en la Universidad y se convirtió en uno de los senadores más poderosos de EEUU durante tres décadas, su hermano Jimmy, paso a paso, se transformó en un asesino. Pero, curiosamente, las terribles acciones de este último fueron  tapadas por el FBI, con la justificación de que era un informante de relevancia para frenar los pasos de la mafia italiana. Lo cierto es que lo que empezó como una alianza entre dos antiguos amigos de barrio de la infancia: un delincuente de baja estopa (el mencionado Bulger) y un agente del FBI llamado John Connolly, desembocó en una de las épocas más sangrientas y peligrosas de esa ciudad americana. Para redondear más el retrato de estos hombres  se ofrecen retazos significativos de la vida personal tanto de Jimmy Bulger como de John Connolly  y se hace hincapié en la transformación que experimentó este último que llegó a corromperse. Tanto Johnny Depp como Joel Edgerton encarnan con pericia a sus personajes. Los hechos que se narran, que abarcan alrededor de 20 años desde 1975, están descritos como cortados a cuchilla, de forma escalofriante y cruda al igual que los innumerables crímenes, a sangre fría, que cometía la banda de Bulger. Aquí, es de justicia destacar el magnífico  trabajo del editor nominado a los Oscar David Rosenbloom (responsable también de El dilema), que con un milimétrico e impresionante montaje dota a la película de un ritmo implacable, muy acorde con lo que vemos en imágenes. Un largometraje que no deja concesiones a la galería y muestra, de forma muy explícita, la  extremada violencia que ejercían esos sujetos, en lo que supone claramente un  hándicap  para que pueda contemplarla  un público sensible. Para: Los que quieran contemplar una original pero violenta película sobre mafiosos reales Juana Samanes