Disponer de un techo donde cobijarse es una de las necesidades del ser humano que se aborda,  con humor, en Ático sin ascensor. Un matrimonio de ancianos de clase media-alta pretende vender su precioso ático en el pintoresco barrio de East Village, en Nueva York. En este piso han vivido felices 40 años a pesar de que cuenta con un pequeño hándicap: no tiene ascensor, un requisito que va haciéndose imprescindible a medida que pasan los años, al mismo tiempo que les obliga a buscar un apartamento que se adecue a sus nuevas necesidades. Diane Keaton y Morgan Freeman son el verdadero gancho de esta comedia dramática porque resultan cercanos y creíbles encarnando a la pareja protagonista. Los diálogos que mantienen están cargados de frescura y buen humor, de ahí que resulte tan simpática esta comedia dramática basada en  la novela "Heroic Measures", de Jill Ciments. Aunque la parte graciosa de la película es la que describe el "paisanaje" que acude a la venta de viviendas,  Ático sin ascensor convencerá a aquellos que le agraden las historias de amor con retos (que se describen  mediante continuos flash back que van mostrando diversas etapas de este largo matrimonio). Todo este romance, y su peripecia inmobiliaria, logra que la película se deslice con una facilidad pasmosa, a pesar de contener pequeñas estridencias como el cuidado desmesurado que la pareja dedica a su perro, en el cual parecen haber depositado el cariño que hubieran puesto en los hijos que no han tenido. Para: Los que les gusten las películas con historias de amor aunque contenga algún toque políticamente incorrecto Juana Samanes