Con ganas de provocar polémica, porque no se trata de un film del género de terror, como engañosamente se anuncia, Antebellum de alguna forma tiene un contenido peligroso desde el momento en que defiende el derecho de los ciudadanos negros a vengarse, de forma violenta, si sufren atropellos, todo ello en plena ebullición en Estados Unidos del movimiento reivindicativo Black Lives Matter.

Llama la atención que detrás de la producción del mismo se encuentre Sean Mckitrick, artífice de películas entretenidas, originales y con toque de terror y humor como Déjame salir y Us, argumentalmente en las antípodas de Antebellum, un thriller de contenido racial lleno de dramatismo que indaga en el miedo que provocan los monstruos humanos insuflados de peligrosas ideas racistas.

La protagonista es una escritora con éxito personal y profesional, Veronica Henley, que sufre unas terribles pesadillas sobre lo ocurrió con la gente afroamericana en la Guerra de la Secesión y que se ve inmersa, a su pesar, en una terrorífica realidad de la que intentará escapar antes de que sea tarde.

Muy violenta, donde el único pecado original de Estados Unidos parece ser el racismo contra la gente afroamericana, recuerda en algunas imágenes a 12 años de esclavitud, por las escenas explícitas de atropellos cometidos contra los afroamericanos en el periodo anterior a la Guerra de la Secesión, siempre a manos de los hombres blancos, pero sin incluir ningún toque de ecuanimidad en la descripción de los personajes de raza caucásica, algo que si poseía el oscarizado film de Steve McQueen.

Antebellum es una palabra latina que significa “antes de la guerra” pero, realmente, en el germen del argumento está una frase que se repite varias veces: “el pasado nunca es pasado”, haciendo alusión a que siempre existirán hombres y mujeres supremacistas.

En Estados Unidos no se estrenará en salas de cines y se verá directamente en internet a partir del 18 de septiembre

Para: Los que tengan estómago para ver un largometraje violento.