El joven Hipo gobierna la Isla de Mema junto con su enamorada Astrid, aunque su afán por reunir en ese enclave a multitud de dragones empieza a conllevar problemas de caos y de espacio. En esa tesitura aparece una hembra de la misma especie que su inteligente dragón Desdentao que coincide temporalmente con la amenaza más peligrosa a la que la aldea vikinga jamás se ha enfrentado.

No solo el imperio Disney-Pixar es capaz de realizar películas cuya perfecta animación merecerían la calificación de diez, porque también lo consigue la tercera y última entrega de Cómo entrenar a tu dragón 3, de DreamWoks Animation.

Basada en la saga de cuentos de Cressida Cowell, las otras películas de la trilogía fueron trasladadas al cine en 2010 y 2014. Más romántica que las anteriores, resulta visualmente apabullante y de una gran belleza, en lo que constituye una perfecta explosión de creatividad y luz gracias a la perfecta colaboración entre el extenso y justificado equipo de efectos especiales con el director de fotografía.

A pesar de ello, no se descuida su argumento, que plantea asuntos como la valentía o la entrada en la madurez con los retos que supone, mientras vuelve a recalcar la responsabilidad que implica el liderazgo, la amistad y, por ende, la lealtad. Tiene algo menos de humor que la primera película, pero el malvado, Crimmel, tiene más recorrido. No hay ningún elemento de contenido “políticamente correcto” como ocurría en la película anterior.

Se da la circunstancia de que, en la versión en español, este personaje está doblado por el cantante asturiano Melendi, que está genial. La colaboración del popular cantante en esta película también se extiende a lo que mejor conoce: la música, porque ha compuesto y producido el tema principal de la película: “El cielo nunca cambiará”, una canción tan pegadiza como bonita.

Para: los que les gusten las películas de animación de calidad