Debut en la dirección del conocido actor Ewan MGregor que se atreve a trasladar a la gran pantalla la novela homónima de Philip Roth, que fue ganadora del Premio Pulitzer. También se ha reservado el papel protagonista. Sitúa en el punto de mira a una familia americana, aparentemente perfecta, cuya existencia se hace añicos por la agitación social y política que vive EEUU a partir de los años 50. El personaje principal, Seymour, conocido como "El sueco" fue en su pueblo el joven más admirado: atleta legendario y héroe de guerra y se casó con una mujer bellísima, ex reina de belleza. Pero la hija que tienen ambos, adorable en su infancia, empieza a mostrar un carácter irascible en la adolescencia, que le conducirá a la violencia y romperá esa vida idílica. No hay vidas perfectas parece ser la conclusión de este relato sobre un padre que se niega a renegar de su hija, a pesar de las acciones detestables que pueda haber cometido. Contemplando esta película se intuye una obra literaria espesa que no ha acabado de trasladarse bien al cine debido a su complejidad. En la misma resulta algo histriónico el personaje de la hija, Merry (interpretado por Dakota Fanning), incapaz de aceptar que nunca podrá competir con la presunta perfección de sus padres que esconden, a su vez, deseos insatisfechos. Sin ofrecer escenas explícitas, American Pastoral ofrece algunos instantes sórdidos mal encajados en la película, como el encuentro del protagonista con la amiga terrorista de su hija en un hotel, mientras que todo el escenario social y político donde se mueven los personajes está desdibujado en imágenes. Para: Los interesados en ver un retrato de El Sueño americano hecho añicos Juana Samanes