Los numerosos atentados terroristas ocurridos en Europa durante el siglo XX han hecho que se olvide uno que tuvo en jaque a la sociedad británica: el asalto a la Embajada de Irán en Londres el 30 de abril de 1980. Se tomaron como rehenes a 26 personas, mientras exigían la inmediata liberación de 91 presos políticos de su país. Basada en hechos reales, la reconstrucción de esos acontecimientos es narrada milimétricamente, paso a paso, y describe a tres involucrados claves: el portavoz de los terroristas, el negociador de la policía urbana y el joven militar de las SAS (Fuerzas Aéreas Especiales) sobre el que recayó la responsabilidad de intervenir de forma activa en caso de no llegarse a un acuerdo pacífico, este último interpretado por Jamie Bell, que no deja de trabajar desde que se convirtió en un actor juvenil muy popular gracias a su protagonismo en Billy Elliot. Igualmente, en la descripción exhaustiva de esos hechos también se muestra el papel jugado por los medios de comunicación, es el caso de la BBC, en la transmisión en directo de una noticia tan grave como ésta, posiblemente una manera de informar  pionera en aquellos años. La película interesa pero apuesta por la frialdad en la descripción tanto de la personalidad de los implicados como en la narración de los acontecimientos en los que se ha utilizado, con buen acierto, imágenes documentales auténticas de la época. En aquel momento en Reino Unido su primera ministra era Margaret Thatcher. Para: Los que les gusten los filmes basados en hechos reales y bien llevados a la gran pantalla Juana Samanes