Vox necesita aclararse para demostrar que no nos engaña en materia de homosexualidad. Por ahora, se aclara poco. Veamos: Rocío Monasterio, numero uno a la Comunidad de Madrid, promete abrogar la ley Cifuentes sobre enseñanzas LGTB en las escuelas. Su segundo, José María Marco, proponía apoyo institucional al Orgullo. ¿...?

Sí, Monasterio, una de las mejores cabezas con las que cuenta la formación de Santiago Abascal, aseguraba este fin de semana que iba a abrogar las leyes "ideológicas" sobre homosexualidad que, ojo, no hizo el PSOE ni la izquierda, aunque Ciudadanos aplaudiera, sino la señora Cristina Cifuentes, del PP. Sobre todo, la más preocupante, aquella que obliga a las escuelas, públicas o privadas, también a las católicas, a que los niños reciban charlas sobre ideología de género, por lo general a cargo de colectivos gays.

Ya saben, la niña de cinco años que llegó a su casa, y pregunto a su madre: “mamá, ¿yo soy niña o niño?”.

Muy bien, pero al mismo tiempo, nos encontramos con José María Marco, número dos de Monasterio en la lista por la Comunidad de Madrid y número 1, nada menos, de las listas para el Senado. Marco apuesta porque las instituciones apoyen el Orgullo gay, la muestra más sonada del colectivo LGTB, con el fin de institucionalizar el movimiento.

O por decir algo, que los ejemplos son muchos, los mensajes que lanza Vox de Baleares, que tampoco parecen estar relacionados con los argumentos de Rocío Monasterio.

A ver si Santiago Abascal nos dice qué piensa Vox sobre las leyes LGTBI.