Se trata de otra reforma sonora y vacía, especialidad del ‘sanchismo’. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, se caracteriza por la modestia. Por eso, cuando anunció la subida habló de la primera “reforma de verdad” del sector inmobiliario. Al final, no se bajan por decreto los precios de los pisos de alquiler como pretendía Podemos. Tan sólo se alarga de tres a cinco años la duración de los contratos.

Pero con eso no van a bajar los preciso del alquiler. Lo que se conseguirá es que se alquile menos, ergo subirán más los pisos.

Los propietarios quieren un individuo que pague y que no rompa el piso. Si no lo encuentran, no alquilarán, habrá menos oferta y volverán a subir los precios.

Por lo demás, mejor haría el Gobierno, en lugar de fastidiar a los propietarios, en ampliar el número de viviendas de protección oficial y de precio tasado. Porque estos chicos de la izquierda predican siempre la solidaridad del propietario, ni tan siquiera la del dinero público. Les gusta trabajar con el dinero de los demás. El dinero publico lo consideran de su propiedad y no quieren gastarlo, salvo que les proporcione votos.