• El cerebro empieza a actuar a las 18 semanas. ¿En serio? ¿Y qué?
  • Y en Argentina, un obispo organiza misas solemnes para parejas de divorciados.
  • La misericordia, monseñor, se ejerce de uno en uno, de  corazón a corazón.
  • A lo mejor sería bueno no confundir al personal, concepto que podrá considerarse como el undécimo mandamiento. 
Nigel Biggar ha sido nombrado nuevo miembro de la Academia Pontificia por la Vida. Según él por su postura sobre la eutanasia, donde sí concilia con el Vaticano. En el aborto concilia un pelín menos, porque asegura, el gran científico, que más o menos en la decimoctava semana de gestación el cerebro empieza a dar señales de actividad. ¿En serio Nigel? Seguro que no es en la décimo séptima o décimo novena semana. Y por cierto, ¿es el cerebro el distintivo de la vida? ¿Seguro que el cerebro piensa? ¿Y seguro que una hipótesis más o menos científica puede determinar la vida y la muerte? Nigel, no sólo es que seas abortista: además eres un tuercebotas... tirando a preocupante. Y luego está lo otro. Un obispo argentino decide hacer una misa solemne con divorciados. Uno no quiere hacer de hermano mayor del hijo pródigo pero se me ocurren varias preguntas: 1.¿Por qué una misa especialmente dedicada al evento. ¿Es que no ven que se presta a confusión? Y si algo nos sobra es confusión. 2.Asegura el obispo que fue una idea del Papa Francisco en una carta pastoral. ¿A que no monseñor? Aquí ocurre lo mismo que con el famoso capítulo VIII de Amoris Laetitia. No es cierto que permita comulgar en pecado mortal, por lo general crea confusión. Lo que sí habla es de acoger con misericordia al que vive aún en situación irregular pero la misericordia se ejerce de no en uno, de corazón a corazón, no en masa. Hemos sembrado confusión y corremos el riesgo de darnos un buen golpe. Eulogio López eulogio@hispanidad.com