• Pero siempre constituye un deber.
  • Papá, papi y yo: tengo una cabezonada… la de ser padre a cualquier precio
  • La paternidad no es una experiencia, es una vocación.
  • No hay que buscar hijos para ser padres sino padres para los huérfanos.
  • Y el problema es que nos acostumbremos a ver lo habitual como normal y hasta como bueno.
  • Porque lo que es, a veces coincide con lo que debe ser... y a veces no.
El cronista de El País está encantado. Un papá gay y un papi gay, un gaymonio, han alquilado un vientre de alquiler y 'han tenido' una hija. Y ahora han escrito un cuento, que algunos vemos como una pesadilla, que se titula Papa, Papi y yo. Más bien un cuento de pesadilla real. La procreación proviene de la donación mutua de hombre y mujer. Y si no procede de ahí… debería proceder de ahí. En cualquier caso, la naturaleza ha dictaminado que ni fisiológicamente es posible que dos varones –ni tan siquiera dos barones- alumbren a quien no puede llamarles padre, ni tan siquiera papi. Por eso, como tiene la cabezonería se ven obligado a alquilar un vientre, porque son los padres quienes engendran y las mujeres quienes alimentan al nonato y crían al nacido. Para el buen término de la empresa, se necesita un hombre y una mujer… y ambos comprometidos. Y si no recurren a la maternidad subrogada –vientres de alquiler- sino que simplemente adoptan, entonces entra en acción la frase del socialista extremeño Rodríguez Ibarra (en la imagen): yo no busco niños para las parejas sino parejas para los niños. Por eso, porque tener hijos no es ningún derecho pero siempre constituye un deber. Así que todo esto suena a lo del eslogan de Ruiz Gallardón cuando luchaba por unas olimpiadas para Madrid. Su lema, "Tengo una corazonada", no cayó mal a nadie la primera vez. Al decimotercer intento, la gente decidió traducir el eslogan por "tengo una cabezonada", que parecía más a propósito para la ocasión. Habrá que repetir que no todo lo que es posible es bueno y que no todo lo que se puede hacer se debe hacer. Si tenemos esto claro, habremos avanzado un montón en el progreso del pensamiento el más relevante de todos. En cualquier caso, lo peor es que nos acostumbremos a ver este tipo de cosas, padre, papi y yo, por desgracia cada día mas habituales, como normales, es decir, como aquello que se atiene a la norma. Por lo que es a veces coincide con lo que debe ser y a ve es no. Eulogio López eulogio@hispanidad.com