Nuestra cretinizada sociedad -que diría admirado Juan Manuel de Prada- ha provocado que en Barcelona más de 3.000 personas se movilicen porque un policía municipal asegura que la perra -propiedad de un indigente- le mordió y él le pegó un tiro.

Otros aseguran que los agentes habrían tenido un enfrentamiento anterior con el sin techo, mientras la alcaldesa, Ada Colau, presa de dolor por la muerte del animalito Sota, alienta una investigación que ya ha acabado en denuncia: hay que acabar con todos los guardias urbanos, que dimita el jefe de los guindillas barceloneses y sea encarcelado el malvado terrorista uniformado que se cargó a la perra Sota.

El progresismo necio, quizás una contradicción. Exige explicaciones y asunción de responsabilidades, al tiempo que apoya por ejemplo, el aborto. Es decir, que asesinar a un niño indefenso es un derecho pero pegarle un tiro a un perra es un crimen que provoca grandes manifestaciones.

Créanme, si a mí un perro me ataca y tengo una pistola a mano le meto un tiro sin el menor cargo de conciencia. Y si no te ha tacado, mereces una reprobación no una querella. Es un perro, no un hombre. No hay que ser crueles con los perros (es mi animal favorito, pero no hay que ser idiota).

Sí, De Prada tiene razón: esta es un sociedad cretinizada Y a lo peor no toda la culpa es de los políticos.