• Es el fanatismo islámico, sea el ISIS o sea Al Nusra.
  • El acuerdo entre la Kerry y Lavrov sobre Siria demuestra quién era el enemigo.
  • Asad ha creado un régimen autoritario pero con libertad religiosa, la clave en Oriente Medio… y en el mundo.
Los hechos son tercos, la verdad mucho más. Al final, el pacto Kerry-Lavrov (en la imagen) demuestra que Rusia tenía razón y que Barack Obama la ha liado. En concreto: el malo no era Bashar Al Asad sino el fanatismo islámico representado por Al Nursa y el Estado Islámico. Miren por dónde, resulta que la fantasmagórica oposición a Damasco viene apoyada por Qatar y Aradia Saudí, los dos grandes financiadores sunitas (Isis y Al Qaeda son sunitas). Obama, el presidente más desastroso de la historia de los Estados Unidos tiene la tópica obsesión progre contra el cristianismo. Supongo que cuando abandone la Casa Blanca se confesará ateo o simplemente se burlará de cualquier práctica religiosa. En cualquier caso, Obama es el tipo de gente que consideraba respetable cualquier religión menos el cristianismo. Y así está la cosa: Bashar Al Asad no es un santo pero respeta la libertad religiosa. Es decir, la libertad religiosa de los cristianos, que son los atacados. En plata, que el señor Obama ha perdido cinco años. A ver si ahora… Eulogio López eulogio@hispanidad.com