• Costos vende dos cosas en España: el orgullo gay y la lucha contra la piratería.
  • Pero contra la piratería que le interesa, la de su antigua empresa, HBO.
Servilismo de RTVE que ha trasladado a sus mejores equipos y galas para vender la casa personal del embajador estadounidenses James Costos, que será visitable. No en vano, su pareja, el decorador favorito de Michelle Obama, es eso, decorador, así que abre su casa a todos los españoles en discretos grupos de cinco, imagino. Por cierto, no es su casa, es su residencia oficial. Él no paga alquiler. ¿Qué vende Costos y que vende RTVE con Costos? Desde su privilegiado puesto de la calle Serrano, el embajador se ha convertido en el mejor activista, no gay, sino del orgullo gay. Recuerden la distinción del Papa Francisco: abrir los brazos a los homosexuales, pero una cosa es lo gay y otra el orgullo gay. Por eso. Costos ha puesto la embajada al servicio de la gran celebración del orgullo en España y de la legalización del homomonio por parte del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, mensaje que no ha dejado de lanzar, urbi et orbe, desde RTVE. Sí, Costos vende dos elementos,: su homosexualidad, de la que hace alarde, no como otros homosexuales mucho más discretos, con continuas referencias al orgullo y a "su pareja", y la lucha contra la piratería en Internet. Muy diplomático, se permite el lujo de echarnos broncas a los españoles que somos muy piratas. Es lógico, Costos hizo fortuna con alto directivo de HBO, una de las empresas de entretenimientos más progre de la constelación norteamericana del espectáculo, canal de cable y pieza clave del grupo Time Warner. Es decir, que la piratería le fastidia el negocio, su negocio, al que volverá cunado deje su cargo como diplomático. Ahora bien, Costos omite cualquier referencia a la otra piratería electrónica, la norteamericana, la de las 'over de top', especialmente el gigante Google, uno de los grandes financiadores del Partido Demócrata norteamericano en general y de Obama en particular. Ya saben: copiar lo que otros crean, la marca Google. Contra esa piratería, contra la que clama Europa y, por ejemplo, todos los editores de prensa, pero que a Costos le trae al pairo. Es más, la defenderá como muestra de libertad de expresión, claro que sí. ¿Y lo demás? De los demás, 'ná de ná'. Por ejemplo, cuando un periodista le pregunta por Cataluña asegura que se trata de "un asunto interno de España, así que no hacemos anuncios al respecto". Verá embajador: eso, exactamente eso, fue lo que, en 1981, eruptó el Departamento de Estado norteamericano la noche del 23-F: asunto interno de España. En aquel momento hubiésemos agradecido más ayuda. Con el independentismo catalán, también. James Costos nos enseña su casa pero no su política. Nada dice de las escuchas norteamericanas a líderes políticos europeos, que tanto han cabreado a Merkel y a Hollande, nada sobre Cataluña, nada sobre Grecia… Vamos que, al parecer, está para defender a la HBO contra la piratería en España y para defender el Orgullo Gay. Se me olvidaba: también vende el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, pero ahí curiosamente se niega a hablar de la violación de derechos humanos por parte de los hermanos Castro. Por ejemplo, con el español Ángel Carromero. ¡Qué cosas! Por cierto, el ilustrísimo embajador Costos nos explica todo esto con traductor, lleva casi dos años como embajador, pero no habla español. Eulogio López eulogio@hispanidad.com