Oído en Telemadrid, en el programa 'El punto sobre la Historia', precisamente de divulgación histórica y que constantemente nos trae a expertos que ‘desfacen’ entuertos de la incultura e ignorancia reinantes en Celtiberia. Y encima, nuestro experto lo explicaba en referencia a Santa Teresa de Jesús, quizás porque le gustaba más como poetisa que como santa. Y dijo esto: “para ser místico no hace falta ser religioso”. Hombre, pues la propia etimología del concepto de mística alude a misterio, sí, pero Cuarto Milenio no es un programa místico.

Y sí, para ser místico hay que ser religioso, pues pertenece al terreno de lo espiritual, de lo numinoso, de aquello que no se puede ver, ni tocar, ni medir, ni pesar.

Y esto no es falta de formación religiosa, es pura incultura, ignorancia, nesciencia. Porque se puede ser un recalcitrante ateo y, al mismo tiempo, saber que la mística no es sino la “Parte de la teología que trata de la vida espiritual y contemplativa y del conocimiento y dirección de los espíritus”. Y si forma parte de la teología, del estudio de Dios, a lo mejor la mística sí tiene algo que ver con la religión. Místicos ateos conozco pocos.

Y lo malo es que la anécdota de Telemadrid constituye una peligrosa nota distintiva de la sociedad políticamente correcta que habitamos, la de aquel que en una catedral ve arte… y nada más. Es un mundo con anteojeras ideológicas. Un mundo de ateos místicos, es decir, de perfectos majaderos.