Increíble pero cierto: entrevista en El Mundo con el presidente del Partido Popular, Pablo Casado. En ella, don Pablo defiende el homomonio y una vuelta a la ley de aborto de 1985, la de Felipe González. Pues ya tenemos la conclusión: un católico no puede votar ni a don Pablo Casado ni al PP. Atenta contra dos de los principios no negociables del Papa Benedicto XVI.  A saber: vida, familia, libertad de enseñanza y bien común. Son los valores no negociables, según el Pontífice, para un católico en política, tanto para electores como para elegidos.

¿Y este era el Pablo Casado de los valores? Oiga mire usted, también Soraya Sáenz de Santamaría, su opositora, cuando le preguntaron por su postura respecto al derecho a la vida dijo que lo suyo era una ley de supuestos.

Y miren por dónde, con la ley de supuestos de Felipe González aún se eliminaban más niños que con la ley de plazos de Rodríguez Zapatero. Bueno, casi los mismos, en la frontera de los 100.000 asesinatos por año.

Basó su campaña contra Soraya Sáenz de Santamaría en los valores: ¿de qué valores hablabas, campeón?

Pablo Casado ha demostrado que mentía en la campaña y que, además como su antecesor, Mariano, Rajoy es un cobarde. Ambos han sido incapaces de defender al concebido y aún no nacido, es decir, al más inocente y más indefenso de todos los seres humanos. Para que no le llamen ultra los medios progres.

Casado basó su campaña de Primarias en los valores: ¿de qué valores hablabas, campeón?

Y luego está lo del matrimonio homosexual. El nuevo líder del PP, qué desilusión, adopta la pose humilde y exhala: ¿Quién soy yo para decirle a cada cual con quién tiene que vivir? Dese luego, muchacho no eres nadie para eso. Pero resulta que usted no es un asesor moral, ni cura ni psicólogo. Usted, don Pablo, es un líder político dedicado a promulgar leyes. Y lo que sí puede y debe decir, o intentarlo, en la formulación de esas leyes es que el matrimonio, protegido por el Estado es el de la familia natural, formado por un hombre y una mujer, porque esos son los que aportan futuros contribuyentes al Estado.