Mi ídolo: Carmen Calvo ha rebasado el principio de contradicción. Aristóteles, pringao, hazte a un lado que no te enteras de nada.

Esta mujer es mi ídolo: hasta hace diez días no había otro candidato posible que don Pedro Sánchez. Hoy, ya no es candidato, porque expiró el mandato real. Y los culpables son: Podemos, PP, Cs y el rey. El monarca porque al parecer, no extendió un mandato sin término, como debería haber previsto, el muy Borbón. PP y Cs porque no le otorgan La Moncloa a don Pedro… a cambio de nada. Podemos porque no se deja utilizar por Sánchez para hacerse el progre. Todos culpables menos el responsable de formar Gobierno: Pedro Sánchez. ¡Qué grande es doña Carmen!

Y la pregunta es: ¿qué hacemos con esta clase política? ¡Divertirnos, naturalmente! ¿No querrán entrar en depresión profunda? Mientras, Sánchez prosigue con sus reuniones con la “sociedad civil”, una reiteración porque sí. Si es sociedad, seguro que es civil, salvo que resulte militar.

Eso sí, Sánchez no se reúne con ningún grupo católico ni con las víctimas del terrorismo, justo cuando se descubre en Francia un zulo con explosivos, supuestamente de ETA. Por su parte, el cristianismo ni es sociedad, ni es civil. Y mira que tienen cosas de las que hablar: eutanasia, el robo de las inmatriculaciones, marginación de los católicos en la vida pública, etc.

Y, además, los cristianos huelen fatal a una sana nariz socialista.