Si mis aliados, los independentistas catalanes, fueron condenados por sedición, cambio el delito de sedición y les saco de la cárcel.

Si el PP no me permite cambiar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) lo que hago es paralizar el Consejo.

Si Transparencia me dice que debo decir quiénes son los científicos que asesoran al Gobierno, y de los que lleva presumiendo Sánchez desde el 14 de marzo, respondo que este gobierno presta mucha atención a los expedientes de transparencia. Esto es, que no le voy a hacer ni caso. Más que nada, porque los tales científicos, como ya se le escapara al propio Salvador Illa, no existen. 

Si los jueces investigan la financiación de Podemos, advierto al juez de cuál debe su veredicto, el archivo, y asegura que los jueces deben “ajustarse a Derecho”.

Si los medios informativos me incomodan, digo y reafirmo -Echenique, en la mañana del miércoles- que dicen ‘gilipolleces’… y que, como le cansen mucho, se vuelve a investigar en su laboratorio, que para esto no ha venido el a la policía. No sé si saben que Echenique es un científico de tomo y lomo.

Todo ello en el espacio de 24 horas. Seño Sánchez: ¿Dónde está el límite de la inmunidad e impunidad de la izquierda española? Y sobre todo, señor Sánchez: ¿dónde está su límite?