• Consecuencia, no causa, porque ya estamos en la Tercera, sólo que la vivimos por etapas.  
  • Este es el siglo del movimiento continuo. Y eso no ayuda.
  • En un campo de refugiados, el mayor enemigo es el ocio.
  • En los campos siempre se crean mafias para especular con la miseria.
Lo peor de estar en un campo de refugiados es que no tienes nada que hacer. El ocio es uno de los grandes homicidas del alma humana. No es un campo de concentración pero se le parece por el hacinamiento, no es un campo de exterminio pero extermina la paciencia, la dignidad y, sobre todo, la esperanza. El fenómeno de los refugiados se ha disparado. Es, sin duda, junto al aborto, el fenómeno de nuestro tiempo. Refugiados y asilados suelen ser víctimas de la guerra y la persecución. Nada que ver con la emigración, generada casi siempre por la penuria. El refugiado huye para salvar su vida. Lo segundo es que el enemigo no es la autoridad sino el vecino de al lado. En casi todos los campos de refugiados se han creado mafias. Por ejemplo, se reparte la comida gratuitamente pero mafias surgidas del propio campo utilizan esos dones para revenderlo. Otro de los fenómenos consiste en que los países ricos aceptan menos refugiados que los pobres. ¿Por qué? Porque en los países en desarrollo saben que el de al lado no será un competidor en las prestaciones públicas. La razón es sencilla: no hay prestaciones públicas. En cualquier caso, los países ricos son muy egoístas, más que el pobre, que comparte lo que tiene. En cualquier caso, ahora nos interesa más la cantidad que la calidad. Sí, ¿por qué razón se han disparado el número de refugiados? Pues muy sencillo: porque hay más guerra. Vivimos una tercera guerra mundial, sólo que por etapas (Papa Francisco dixit, y 'dixit' con mucha razón). Conflictos en los cinco continentes, conflictos que entroncan y se eternizan y que van dejando su huella de huidos, de refugiados, de amargados. Sí, esto es la Tercera Guerra Mundial por etapas, y los campos de refugiados son la consecuencia primera. Eulogio López eulogio@hispanidad.com