Insisto en que el periodismo ciudadano no pocas veces nos da una lección a los profesionales del periodismo. Quizás porque los periodistas amamos más el rigor más que la verdad. No, verdad y rigor no son lo mismo. Lo riguroso puede ser falso desde un comienzo y la verdad no deja de serlo por más que yerre en un dato o en varios datos.  

En efecto, no es ningún secreto que España lleva 30 años extorsionada por la monarquía marroquí que de democracia tiene bastante poco. Rabat amenaza a Madrid con el fantasma de la marcha verde, en forma de asaltos permitidos y a veces programados a las ciudades de Ceuta y Melilla así como abriendo la vía de las pateras ante cualquier altercado que tenga con el país.

Además, la migración que llega a España, producto de la miseria a la que el Rey de Marruecos condena a su pueblo odia a España y en buena parte no viene a España con buenas intenciones.

Y mientras, España financia a Marruecos simplemente para que no sea demasiado duro con nosotros. Sólo lo necesario para salvar la cara. Y mientras, el ministro Marlaska -uno de nuestros peores ciudadanos-  continua mintiendo y promocionando vuelos de ilegales marroquíes que luego deja libres en Madrid, Barcelona, Valencia o Granada. O sea, muy preocupado por su integración.

Y en efecto, Hispanidad continúa defendiendo la misma postura acerca de la inmigración:

1.Al inmigrante que huye de la opresión o la miseria hay que acogerle y con los brazos abiertos.

2.Al inmigrante que llega a España hay que obligarle a que respete a los españoles, su fe, su cultura y, en el caso de los marroquíes, a nuestras mujeres. Porque España es el país que les acoge y deben respetarlo.

Lo dicho, combinen su lectura de prensa con las memes de internet (como la imagen que encabeza esta noticia). Se lo dice un periodista.