• El ánimo en el PP está por suelos.
  • La tecnocracia de Rajoy no entusiasma a nadie.
  • Pero Juan Español ya sabe dónde acaba Podemos y sus aliados del PSOE: en el corralito griego.
  • Los empresarios no pintan nada en las elecciones, pero alguno de ellos no se ha enterado.
  • Pedro Sánchez es capaz de pactar hasta con la brujas de Zugarramurdi. Pero sobre todo quiere pactar con Ciudadanos.
Para entendernos. Las elecciones de diciembre van a depender de varios aspectos, aunque ninguno de ellos ha logrado entusiasmar a las huestes de Rajoy. El ánimo en el PP está por los suelos y en Moncloa los hay que abandonan la nave y otros que ya esperan el cambio de ciclo y la llegada al palacio de la Nacional VI del mayor cantamañanas que ha visto la política española en mucho tiempo: Pedrito Sánchez 'Maravillas', en calidad de presidente del Gobierno. Vamos con Mariano Rajoy y sus últimas cuitas. Grecia no juega en contra del PP sino a favor. El Gobierno español ha representado la ortodoxia económica (lo cual no quiere decir la bondad económica), mientras que el majadero de Alexis Tsipras y sus amigos de Podemos ha sido su contrario. Los españoles saben ahora que la política Neocom (neocomunistas) de Pablo Iglesias y su Podemos acaba en el corralito y en las peleas delante de los cajeros por cobrar 6o euros y también saben que llega otra de la órbita Podemos, la peligrosa Manuela Carmena, y lo soluciona cobrando un impuesto por cajero: ¡Grande sos, Manuela! En otras palabras, ahora Juan Español ya sabe adónde nos llevarían Podemos y sus aliados del PSOE de Pedrito Maravillas: donde Tsipras ha llevado a los griegos. Ahora ya conocemos la solución de los Monedero, Iglesias, Errejón (que el BCE fabrique dinero) y ya sabemos en qué termina: en miseria. Y lo malo es que el PSOE está dispuesto a ir de la mano con ellos a todos los sitios con tal de que el despacho presidencial se respete: es para Pedrito. Ojo, que la otra alternativa, la de que Grecia abandonara el euro, no es despreciable No le gusta a ningún político cobarde, ni de izquierdas ni de derechas, pero por eso resulta tan interesante. Rajoy se enfrenta a otro problema: su tecnocracia no entusiasma a nadie y cabrea a muchos. Por ejemplo, cabrea a los defensores de la vida y a los católicos en general, de los que se ha burlado sin piedad. En el calendario para un posible triunfo del PP, además de Grecia, va a influir mucho Cataluña. A estas alturas, no sabemos, tan siquiera, si habrá elecciones el próximo 27 de septiembre. Y luego está el calendario judicial: si la corrupción rebota, con toda la manipulación habitual adjunta, entonces no lo duden; Rajoy pierde. Más: olvídense de los empresarios. Pocos de ellos recuerdan que la democracia consiste en "un hombre, un voto". El CEC no sirve de nada en este punto. La televisión, sí. Y la televisión está controlada por los mayores sectarios y/o indocumentados del país. Van a seguir golpeando al PP porque golpear al PP vende. Vamos con la izquierda. Pedro Sánchez Maravillas es capaz de pactar con separatistas, radicales verdes, majaderos proetarras, majaderos de Compromís, comunistas, neocomunistas de Podemos y probablemente con las brujas de Zugarramurdi. A Pedrito le importa un bledo todo con tal de llegar al poder. Ahora bien, hay una línea transversal que compre todo este delicado juego de ajedrez: que el PP se volviera sólido en sus principios, tanto morales como políticos y económicos (en estos último es en lo único que es firme). Eso sí que depende sólo de Mariano. Y eso es lo que parece que ni se plantea. Así que, ¿quién ganará las elecciones de diciembre? Alguien que crea en algo. Por ahora ni está ni se le espera pero no pierdan la esperanza. Eulogio López eulogio@hispanidad.com