• Cebrián, un periodista que azuza a los jueces contra la prensa.
  • Olvídense de gobiernos, bancos o instituciones culturales.
  • Cuando el poderoso del siglo XXI quiere silenciar a un periodista le interpone una querella y ya está frito.
Para celebrar el Día Mundial de la Libertad de Prensa, don Juan Luis Cebrián (en la imagen), de profesión periodista, se ha liado a repartir demandas judiciales contra periodistas y medios, a cuenta de las presuntas apariciones suyas y de familiares suyos en los Papeles de Panamá. Y esto es bello e instructivo para hacer bueno el viejo refrán de que en casa del herrero cuchillo de palo. En efecto la peor amenaza para la libertad de prensa no viene hoy ni del poder político ni del económico, incluso tampoco del poder cultural, el más poderoso de todos. No, si quieres fastidiar a la prensa tienes que utilizar a los tribunales. Le metes al periodista una querella por derecho al honor, injurias y calumnias -no digamos nada por el nuevo invento de los delitos de odio- y le tienes frito. Ganes o pierdas es igual: el periodista ya ha perdido porque no puede mantener el coste de la justicia. Por cierto, una justicia pensada a favor del demandante, no del demandado. Ya saben: hay dos tipos de personas en el mundo: los buenos y los malos. Los buenos son los que no se dedican a interponer demandas y querellas al prójimo. Los malos son los que hacen precisamente eso… y encima le llaman Estado de Derecho. Eulogio López eulogio@hispanidad.com