Me ha llegado en el interesante boletín de Ideas Claras. Como siempre, cuando en el mundo falta gente sensata (ahora llamados líderes) que imponga sensatez, cuando faltan hombres grandes hay que acudir a las almas grandes. Y así, cuando la paz en el mundo se presente comprometida hay que recordar esta sentencia de la madre Teresa. Nada de grandes ententes ni de acuerdos de paz, haz lo que puedes hacer no lo que puedes soñar. 

Y cuando faltan hombres grandes hay que acudir a las almas grandes

Otrosí, lo grande no es otra cosa que la suma de los pequeños. Si no, es un monstruo. La paz mundial no es más que la suma de las paces domésticas. Si no estás en paz con tu mujer serías el primero en lanzar un misil sobre Corea del Norte (o del Sur, según depende).

Posdata: Teresa de Calcuta no era analista política: era monja.