El Santander pretende prejubilar a 3.713 empleados desde los 55 años, con hasta el 65% del salario. Si viven hasta los 85 años de edad, nada extraño en este país, estarán en su casa 30 años sin trabajar. Y ya se sabe que cuando el diablo no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas. Es decir, otra carga para el malogrado sistema de pensiones y tirar a la basura 30 años de experiencia. Genial.

Las prejubilaciones deberían estar prohibidas: es como cerrar bibliotecas. Años de formación y aprendizaje dilapidados. Resultan muy caras para la empresa y a la postre malas para el trabajador.

Cara para la empresa y una forma de precarizar el empleo

A los 55 años, con el 65% del sueldo, te vas a casa. Puedes vivir hasta los 85 -lo más habitual hoy en día-. ¿Vas a estar esos treinta años cruzado de brazos? Y ojo, desde los 63 el Santander ya no se hará cargo de ti, lo hará el paro, es decir, el sector público. ¿Cómo que las prejubilaciones no suponen un gasto para el Estado? Y por cierto, irás malviviendo, porque tu salario no sube y la inflación sí.

Onerosas para la empresa y precarizadoras del empleo, porque al prejubilado le sustituirá un joven que trabajará el doble y cobrará la mitad.

Las prejubilaciones deberían estar prohibidas.