• Los Propagandistas de don Carlos Romero organizan un congreso de lo más plural: se oyen todas las voces menos las cristianas.
  • Al parecer no se distingue entre pluralismo interno y externo. El pluralismo no es más que esquizofrenia.
  • No me extraña que Javier Paredes dimitiera como asesor del Congreso.
Entrevistan en Alfa y Omega al presidente de la Asociación Católica de Propagandistas y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU. 'Ojiplático' que me he quedado con el sujeto agente. El eje de la conversación es el Congreso Católicos y Vida pública (XVII edición). Este fue un Congreso en verdad interesante… hasta la segunda edición. Comenzó siendo un auténtico estallido… que duró dos ediciones. La segunda ya redujo el tono y en la decimo séptima nos encontramos con un maravilloso seminario políticamente correcto. Podría organizarlo cualquier universidad pública, la fundación de un partido político o alguna ONG. Pero don Carlos se siente en la necesidad de defender una gestión pluralista, algo así como el pluralismo de la COPE o de 13TV, los medios oficiales de la Iglesia, tan plurales que el único mensaje de tan pluralista rompecabezas es el mensaje cristiano. Y así, don Carlos nos ilustra: "Si lleváramos al Congreso a personas que pensaran todas igual sería un poco aburrido. Tiene que haber debate". Hombre don Carlos, verá, que sean católicos significa que tienen una misma fe, pero no que piensen igual. Tengo amigos católicos con los que me enzarzo en debates sobre muchas cosas, incluido, sobre todo, el cristianismo. No coincidimos en nada. Más bien diría que tiene usted una visión un poco chata del católico. Pero me preocupa más que esa visión chata alcance, no ya a los católicos, sino al catolicismo. Ahí va otra de sus perlas: "Evangelizar no es juntarnos los de siempre para hablar de lo mismo". Hombre, ese "de lo mismo" suena un poco rarito. En materia de evangelización lo de siempre suele ser Jesucristo, pero comprendo, don Carlos, que aquí ocurre algo parecido a lo del primer argumento divorcista: en la variedad está el gusto. En resumen, don Carlos Romero considera que el Congreso Católicos y Vida Pública es algo parecido al parlamento, donde deben darse todas las opciones y en igualdad de condiciones. Ya saben, cinco minutos para los nazis y cinco para los judíos. Quizás por ello, el presentador del Congreso fue Antonio Garrigues Walker, quien lanzó un mensaje profundo y muy pío: "Todo está cambiando". No importa que sea el mismo mensaje que lleva repitiendo desde 40 años, por dos razones: 1.Porque eso aumenta el pluralismo del Congreso. 2.Porque todo está cambiando… desde hace 40 años. Precisamente, el catedrático de Historia Contemporánea, Javier Paredes, fundador del Congreso y miembro de su equipo asesor, decidió dimitir al enterarse de la entronización de Garrigues, un significado defensor del aborto… aunque contribuye al pluralismo. Pero ya lo dice Romero: "También me criticaron cuando traje a Gallardón y luego puso el listón muy alto con su alegato provida". ¿Provida Gallardón? Oiga, menos coñas, señor presidente. El problema no es ese. El problema, señor Romero, es que confunde usted pluralismo interno con externo. Los propagandistas nacieron para introducir los principios cristianos en la vida pública, que debe ser pluralista: en ella conviven distintas ideas y tendencias, también muchas de corte ateo o agnóstico. Ahora bien, cuando un católico actúa en política, y lo mismo un liberal, o un comunista, como cualquier otro, lo hace en defensa de sus principios, no en la esquizofrenia de ser cristiano… a la par que unas cuantas cosas más. Los cristianos somos muy distintos de nombre pero tenemos todos el mismo apellido. El pluralismo interno no es más que eso, don Carlos: esquizofrenia que acaba siendo, casi siempre, esquizofrenia paranoide. Y si no, ¿por qué le siguen llamando "Católicos y Vida Pública"? Eulogio López eulogio@hispanidad.com