• Una ley injusta, sólo multiplica las injusticias.
  • La idea básica de la legislación vigente es que el hombre es un depredador violento mientras que la mujer es bondad inmaculada.
  • El principio aplicado es que la única violencia que existe es la violencia física.
Empecemos por el final: el pacto firmado el jueves en el Congreso servirá para disparar la violencia contra la mujer. Al tiempo. Gran pacto contra la violencia de género. Todos los partidos firman salvo Podemos, al que le parece poco feminista y, sobre todo, no contempla la cosa de los transexuales. La majadería cunde en España. Las leyes -o los pactos que llevan a leyes- injustas provocan ilegalidades e injusticias. En el pacto se mantiene, corregida y aumentada, la idea básica y el principio nuclear de toda esta tragicomedia. La idea básica es que el hombre es un depredador violento mientras que la mujer es bondad inmaculada. Ambos por naturaleza. Mal empezamos. Por ejemplo, de esta idea madre sale la subespecie de que sólo existe la violencia física, la del hombre que es más fuerte, y no cualquier otro tipo de violencia (injuria, calumnia, vejaciones, etc.). El principio legal estriba en que el hombre es culpable mientras no se demuestre lo contrario, mientras la mujer es inocente… aunque se demuestre lo contrario. Por eso, al hombre se le seguirá encarcelando ante la mera denuncia de la mujer, sin diligencias previas. ¿De verdad cree alguien que de este modo se va a reducir el número de mujeres (y de hombres que también los hay) asesinados por sus parejas? Una ley injusta sólo multiplica las injusticias. Al final, lo que provoca este pacto nacional, y este tipo de legislación, es que muchos hombres se afilien al principio del gran Wodehouse: la felicidad de un hombre consiste en lo que sepa alejarse de las mujeres. Eulogio López eulogio@hispanidad.com