• El proyecto de Ley LGTBI será el nuevo arma del lobby gay contra la libertad de expresión.
  • En el primer borrador se habla de destruir libros y de cerrar webs consideradas homófobas.
  • ¿Y quién decide si es homófobo?
  • La autoridad judicial trufada por el lobby gay.
  • Por dos veces Hispanidad ha preguntado al Gobierno acerca de su posición.
  • Pero el Ejecutivo de Rajoy no sabe, no contesta, por lo que témanse lo peor.
El próximo martes 19 de septiembre se votará la admisión a trámite del proyecto de Ley LGTBI, promovida por Podemos. Será una votación muy importante y que será clave para el futuro inmediato: se trata del texto legal más restrictivo de la democracia. Por eso, se ha puesto en marcha una recogida de firmas y la plataforma Hazte Oir ha organizado una concentración el mismo martes ante el Congreso. Y es que la "Proposición de Ley contra la discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género y características sexuales, y de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales" (así se llama), no es otra cosa que el nuevo arma del lobby gay contra la libertad de expresión y de educación. Casi nada. Con razón se le ha llamado Ley Mordaza. "Ante cualquier infracción, cualquiera que sea su naturaleza, se procederá al decomiso y destrucción, borrado o inutilización de libros, archivos, documentos, artículos y cualquier clase de soporte objeto de las infracciones administrativas contempladas en la presente Ley o por medio de las cuales se hubiera cometido", señala el punto 4 del artículo 96. Estamos en lo de siempre. ¿Quién decide si un libro, una web, un artículo o un tuit es homófobo? La autoridad judicial trufada por el lobby gay. ¿Recuerdan al juez Ferrín Calamita? Lo único que hizo fue solicitar un informe acerca de la idoneidad de que una niña casi bebé fuera adoptada por una pareja de lesbianas. Por cierto, al cabo de los meses se divorciaron y la niña se fue a vivir con su madre biológica. Pues bien, al bueno de Ferrín le bastó preguntar a los expertos para que el lobby gay, con el inestimable apoyo de PP y PSOE, para que le inhabilitaran durante diez años y le frieran a sanciones. Con ese precedente, ¿cómo creen que actuarán los jueces? La Ley que promueve el demócrata Pablo Iglesias (en la imagen) también apunta hacia los desalmados que ayuden a un gay que quiere dejar de serlo. "son infracciones muy graves (…) promover o llevar a cabo terapias de reversión de la orientación sexual o de la identidad de género. Para la comisión de esta infracción, será irrelevante el consentimiento prestado por la persona sometida a las mismas". O sea, uno es muy libre para ser LGTBI, todo a un tiempo, pero no para volver a ser hetero. ¿Cuál es la posición del Gobierno? Hispanidad se lo ha preguntado en dos ocasiones -una al portavoz, Méndez de Vigo, y otra directamente a Rajoy-, y la respuesta ha sido la misma: no conocemos el texto. Un texto que lleva meses en internet. Témanse lo peor. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com