Desde que Soledad Gallego-Díaz (en la imagen) se hizo cargo de la dirección de El País, en el matutino global no cabe un tópico progre más: ha vuelto en su totalidad –perdón, globalidad- manifiesta.

Ejemplo, la portada del martes 31 de julio, Festividad de San Ignacio de Loyola (aunque al Fundador de los jesuitas ni se le cita, la orden educativa por antonomasia imparte educación fascista) viene marcada por el siguiente titular: “Sánchez pondrá fin con una ley a los recortes educativos del PP”. Menos mal, estaba empezando a preocuparme.

Y se hará por ley. O sea, que probablemente no se aprueba por mor de elecciones anticipadas

Luego lees la información y te encuentras con que, a saber: la única medida que concreta la información es la introducción de más profesores –más horario- en la educación infantil.

Y se hará por ley. O sea, que probablemente no se aprueba por mor de elecciones anticipadas.

Pero ya lo ven: honores de portada y significado global, es decir, más bien poco concreto: resulta que con esa ‘chuminá’ se echa por tierra los feroces recortes de Mariano que, como recuerda El País, provocaron dos huelgas generales en 2013 y 2017. La del año pasado, en particular, todo un éxito.

Estamos ante otro proyecto-humo de Pedro Sánchez, que El País ya vende como una realización presente… sólo que a futuro. Lo cual tendría su sentido si tuviera futuro y si se tratara de una realización. O así, que dijo un vasco.