• La historiadora clásica nos explicó que los romanos eran misóginos: esto es, fundamental.
  • La actriz actuó: le gusta mucho García Lorca y aprovechó la ocasión.
  • Los premiados del cambio climático nos dejaron muy claro que el malvado de la  historia es el hombre. Toda una noticia.
Una historiadora de la antigüedad clásica tan feminista, que nos sorprendió con una declaración que provocará muchas tesis doctorales: los romanos eran misóginos. Eso era lo relevante y lo que merece un "Princesa de Asturias". También fue premiada una actriz que no puede dejar de serlo y que siente a Federico García Lorca tanto, tanto, que nos lo recitó con ganas en un discurso de agradecimiento, convertido en sesión dramática. El cambio climático, cómo no. Pero no un cambio climático cualquiera, sino un cambio convertido en religión, no sólo inhumano, sino antihumano. Porque no se si sabe que en esto del calentamiento global hay un culpable: el hombre. La mujer un poco menos, pero también. Aldeas Infantiles, una obra con buenas intenciones y mala filosofía, ligeramente antifamiliar. En cualquier caso, hágase el milagro y hágalo el diablo. Un escritor norteamericano que aprovechó, en un alarde de originalidad, para arremeter contra el actual candidato republicano, Donald Trump.  Ya saben: tolerante con todos menos con los que de mí discrepan. Y todo ello con el broche de un discurso más del Rey de España, Felipe VI, cuyos discursos siempre parecen construcciones sin cimientos, que cuelgan en el aire. El "tema" de la regia, y muy barroca intervención, fue la esperanza y lo único que no nos explicó el Rey de España fue la razón para esa esperanza. Los Premios Princesa de Asturias siguen siendo eso: tópicos Nuevo Orden, un año tras otro, un premiado tras otro. Con las correspondientes excepciones, supongo que para despistar. A lo mejor, los de mi pueblo deberían espabilar. Eulogio López eulogio@hispanidad.com