Halloween puede abrir la puerte al satanismo pero también puede quedarse en un juego infantil provocador de caries dental. Sin embargo, el yoga -y lo sitúo como arquetipo presuntamente inocente de los orientalismos- no suele quedarse en ejercicios de relajación, porque lleva en sí mismo la simiente de la doctrina más alienante que existe: no la del ateo que se rebela contra Dios sino la del hombre que se endiosa porque "todo es Dios".

Muchos papanatas aseguran que Oriente es el hogar de la religiones, pero Chesterton replicaba que Occidente es la religión del hogar.El panteísmo del yoga y de otras cosas peores, como el reiki, te habla de espiritualidad, una menudencia frustrante, un 'qué', mientras el Cristianismo te habla de un Dios, un 'quién' te habla de un padre que ama la hombre.

Olvide Hallowen pero, más importante aún, rompa con el yoga
Un consejo: desprecie Halloween, y abandone la tontuna del yoga y demás orientalismos: no provocan paz, provocan hastío

El yoga te introduce en un mundo de anulación del deseo, que no es otra cosa que la alienación de la persona. El cristianismo es hedonista, te anima a todos los apetitos, con un sólo límite: el de que tus deseos no se apoderen de ti. 

 Oriente es el hogar de la religiones, pero Chesterton replicaba que Occidente es la religión del hogar

Oriente representa la peor de las esclavitudes: la indolencia y, con ella, la inclemencia. El cristianismo no necesita del yoga porque parte de un verdad inenarrable: el hombre es libre, es hijo de Dios. Occidente no busca hermanos para el hombre: te otorga un padre, y te regala la libertad para aceptarle o rechazarle.