• Los que pregonan la reforma social siempre traman el Estado servil.
  • Sobre todo, cuando exigen derechos y no libertades.
  • Cuando alguien le pida el voto para defender sus derechos, sepa que le está metiendo la mano en la cartera.
  • Antes, este engaño era patrimonio de la izquierda: ahora lo es de la izquierda y de la derecha.
  • Se trata de la eterna conspiración de los grandes contra los pequeños.
  • Conspira el Estado contra el individuo y conspiran los mercados financieros contra el propietario.
Los que pregonan la reforma social siempre traman el Estado servil. La frase no es mía sino de Hilaire Belloc (en la imagen), el autor de El Estado servil, un clásico de la economía escrito por quien no era economista sino historiador. Desconfíen de los liberadores de la pobreza, sobre todo cuando dejan de exigir libertades para exigir derechos. Cuando alguien pretenda defender sus derechos y para ello le pida su voto para hacerlo sepa que le va a meter la mano en la cartera. Antes este engaño era patrimonio de la izquierda: ahora lo es de la izquierda y de la derecha. Ya no es sólo Podemos quien se llena la boca con los derechos, es también el Partido Popular y Ciudadanos. Se trata de la eterna conspiración de los grandes contra los pequeños y de lo grande contra lo pequeño. Conspira el Estado contra el individuo y conspiran los enormes mercados financieros, los poderosos intermediarios (aún más los fondos que los bancos, pues son más peligrosos) contra el pequeño propietario. Tanto es así, que la asignatura pendiente de la economía en el siglo XXI continúa siendo la pérdida en el siglo XIX y archiolvidada en el XX: la vuelta a la pequeña propiedad. Sobre todo, al pequeño propietario. Dicho de otra manera: o propietario o siervo. Tenemos que elegir. Eulogio López eulogio@hispanidad.com