Veo en un diario madrileño muy progresista que el Gobierno debería afrontar la reducción del recibo de la luz, y asegura, aquí con razón, que Bruselas no se va a negar a sugerencias extraordinarias como la de reducir el IVA de la luz que, como bien ha explicado nuestra especialista, Cristina Martín, resultaría una medida coyuntural. El problema del alza de la tarifa de la luz es otro.

Y en cuanto a la chorrada podemita de nacionalizar las empresas eléctricas para reducir el precio de la luz… pues hasta la ecotalibán de la vicepresidenta cuarta,Teresa Ribera se opone a ello.

Cuando un comunista como Pablo Iglesias pide nacionalizar no está pidiendo la reducción del coste de la energía para las familias, lo que está ejerciendo es el peor de la vicios de todo tipo de socialismo: la envidia que provoca en los ‘rogelios’ la propiedad ajena, esto es, el hecho de que a alguien le vayan bien las cosas. Hay que arrebatarle la propiedad a cualquier precio -o sea, a bajo precio-, y con dinero público, no con dinero de mi bolsillo, por supuesto. Y a eso se le llama lo “público” que es lo bueno, frente a lo privado, que es lo propio del fascismo.

En cualquier caso, el problema del recibo de la luz o del gas no está en el IVA que, por mucho coste que implique, siempre representará un porcentaje menor del gasto total. El problema es el coste de producción. Y así, disponemos en España de un parque de energía nuclear y de infraestructuras de gas tan formidable como infra-aprovechado. Y justo ahora que sube el gas, sería ocasión para potenciar la energía nuclear, pero ya saben: la energía nuclear es pecado mortal para los tonti-progres, para la nueva religión eco-panteísta del Gobierno Sánchez. Por cierto, hablando de religión climática… el Gobierno anda calladito ahora con el calentamiento global… porque hace un frío que pela.

Pero eso no quita que el gran demagogo, vicepresidente Pablo Iglesias continúe insistiendo en reducir el precio de la luz por decreto, a pesar del ridículo que hizo con esa petición cuando estaba en la oposición.

La energía nuclear, que el Gobierno ha ordenado cerrar, es una de las claves para reducir el coste de la luz… mientras las renovables se hacen rentables. Además, la energía verde nos ha costado mucho dinero a los españoles

En definitiva, el mayor error del Gobierno Sánchez ha sido el cierre de los reactores nucleares españoles. La nuclear continúa siendo la energía de los pobres: intensiva y barata… y poco contaminante, pues apenas contribuye al cambio climático.

Sí, reducir el precio de la luz es justo y necesario, tanto para las industrias, que no pueden competir, por ejemplo con Francia, que desde el señor De Gaulle ha jugado a potencia industrial mundial a costa de ofrecer una energía barata de producción… gracias a los 70 reactores (en España 7) reactores nucleares franceses. Esto no puede hacerse con energía verde porque, todavía, y por algún tiempo, es más cara de producir y aún necesita muletas, subvenciones públicas y ayuda del Estado, para colarse en el mix energético.

Pero así lo hicimos en España -un tal Zapatero-  y los españoles nos convertimos en los más verdes de la clase, los más ecologistas… ergo los más idiotas.

Concluyendo, la energía nuclear, que el Gobierno ha ordenado cerrar, es una de las claves para reducir el coste de la luz… mientras las renovables se hacen rentables. Además, la energía verde nos ha costado mucho dinero a los españoles y aún nos sigue costando. Pero el engaño continúa.

Ahora, con el temporal, además, de costosa, la energía verde nos ha servido para poco. Hasta del malvado carbón, a punto de desaparecer, hemos tenido que echar mano. ¡Grande eres Ribera!