Publicamos esta estupenda carta-aclaración de Jaime Fomperosa sobre la famosa comunión en la mano. 

Se trata de un conjunto de clarísimas aclaraciones:

1.La norma, ratificada por Pablo VI, es que el fiel comulgue el cuerpo de Cristo en la boca y de rodillas. 

2.Como excepción, se permite la comunión en la mano y según las debidas disposiciones -por ejemplo, ingerir la forma eucarística delante del sacerdote- que poca gente hace.

3.Omito las conclusiones últimas de la información de Fomperosa sobre por qué se ha generalizado la comunión en la mano en España. Pero se trata de conclusiones tirando a obvias.

4.Ojo: comulgar en la mano es un derecho del comulgante, pero no un deber. El sacerdote que obliga a los fieles a comulgar en la mano, con coronavirus o sin él, está cometiendo un abuso.

5.Encima, con la puñetera mascarilla de Illa, muchas comuniones andan rozando el ridículo. Gente que coge la forma y se la 'entromete' en la boca por no sé qué apertura de la puñetera mascarilla, gente que se aleja cinco metros con la Divina Forma en las manos, como si eso ofreciera más respeto al Sacramentado.  

6.Y añado que la comunión en la mano ha abierto la puerta a todas las profanaciones, que se están multiplicando, especialmente en España. Y esto, en plena batalla eucarística.

Por último: la vacuna contra el coronavirus es la Eucaristía... y comulgar en la mano no ayuda a que no se expanda el virus... suponiendo que sea un virus. 

Volvamos a comulgar en la boca... y de rodillas. Para ello, los comulgatorios serían una buena propensión, no para cambiar la norma, sino para cumplir la norma.