La liturgia no es innovación es repetición solemne. La frase no es mía, porque es muy buena. Es de Benedicto XVI. La obsesión de tantos curas por ‘modernizar’ la liturgia para no hacerla aburrida no sólo corre el peligro de desvirtuar la liturgia sino de hacerla terriblemente más aburrida de lo que puede resultar en su versión original.

La novedad constante es lo más aburrido de la vida

Porque el hombre no busca la novedad continua sino el ritmo, que repite y combina. Quiere que la cena suceda a la comida para encontrarse al día siguiente con la misma comida que siempre. Cambia la carne por el pescado con tal de poder volver a la misma carne de antes.

La monotonía no es repetición, sino sinsentido

En la vida, en todo, también en la liturgia, no hay que buscar el cambio arrítmico sino la música, que es cambio rítmico.

Y la monotonía no es repetición, sino sinsentido.