La Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) ha unido en Santander a cuatro representantes de los cuatro grandes partidos: el exministro popular Álvaro Nadal; el responsable de Economía del PSOE, Manuel Escudero; el portavoz de Economía de Podemos, Nacho Álvarez, y la representante de Cs en Madrid en materia económica, la asturiana Susana Solís.

Comienza el peleón Nadal, fiel representante del capitalismo no liberal, que considera que la propiedad privada consiste en un estado propietario de redes e hiperregulador en esas redes que son el soporte de la economía, ¿seguro?

Ahora bien, lo del PP supone sustituir el socialismo por un capitalismo de Estado, que con su afán regulador asfixia al particular. Y esto nos conduce a lo de siempre: que el PP no es liberal, es socialdemócrata. Le encanta subir los impuestos y le encanta lo grande, sea público o privado.

En sentido económico, claro está, porque en sentido filosófico o moral, hay multitud

Manuel Escudero, por el PSOE. Lo de los socialistas es el discurso dual: según se esté en la oposición o en el Gobierno. La dualidad socialista afecta a todos: pensiones dignas y liberación de la mujer… pero si no hay hijos y la población envejece, el creciente coste de las pensiones no permite pensiones dignas. 

Nacho Álvarez, de Podemos, asegura que España tiene un problema de productividad y de modelo productivo. Pero al final, se queda con el Estado, “innovador y emprendedor”. ¿Por qué iba a innovar el Estado? ¿Por qué iba a emprender nada si trabaja con el dinero de los demás?

Susana Solís, portavoz de Cs en la Asamblea de Madrid, es un fiel espejo de su formación, que consiste en solemnizar lo obvio. Ejemplo: la clave del futuro es la innovación. En primer lugar, ¿qué se entiende por innovación? En segundo lugar, ¿seguro que la innovación es lo que mejora la economía? ¿Por qué los suizos han triunfado en economía gracias a la captación de fondos mediante el repugnante secreto bancario, y esto desde 1945? Y lo más importante: ¿de verdad que el Estado, con subvenciones, puede mejorar la innovación?

Las ocho palabras mágicas: “Soy del Gobierno y he venido para ayudar”

Lo que al parecer no preocupa a ningún partido es la protección de la propiedad privada. En España no existen liberales. No me refiero al liberalismo filosófico que no es más que el tono de relativismo, del "nada es verdad ni mentira, todo depende del color del cristal con que mira", ese liberalismo es el más importante históricamente y el más idiota intelectualmente y miserable moralmente.

Económicamente sí que el liberalismo tiene mucho valor. En economía, liberal es aquel que cree en la propia privada pequeña (ojo, las tres ‘p’). Es el que cree que la libertad está en lo pequeño y que lo grande es ingobernable.

Y de eso, de la propiedad privada, garantía imprescindible para la libertad, es donde flojean los cuatro grandes partidos: quod erat demostrandum.

A todos ellos les hacen falta las ocho palabras mágicas de Ronald Reagan: “Soy del Gobierno y he venido para ayudar”.

Y ojo, porque lo cierto es que Reagan entendía por liberalismo la propiedad privada. No, o el liberalismo adopta la tercera ‘p’ (propiedad privada pequeña) o se queda en mero capitalismo. Dicho de otra forma: el Estado no es malo por ser público sino porque es grande, es monstruoso. Por ende, ingobernable.