• Lo que ya no soporta el español medio es la arrogancia de los separatistas.
  • Si hubiera un referéndum en toda España a lo mejor ganaban a los partidarios de expulsar a los catalanes.
  • Narcisismo: la máxima pretensión de los separatistas es que toda España, a ser posible, toda Europa, viva pendiente de ellos.
  • Soberbia: Algunos independentistas quieren quedarse para "cambiar España".
  • Ya no sirve empatar: ahora hay que ganar.
Ya les he contado lo de mi amigo catalán. Hombre ilustrado, inteligente, emprendedor, con carné de Convergencia de toda la vida y un marco en su casa, sin rellenar aún, donde colocar, en lugar presidencial, el acta de independencia de Cataluña… cuando llegue el momento. Fue entonces cuando se me ocurrió preguntarle: ¿Y tú qué votarías en caso de que consigáis el referéndum? A lo que me respondió: -Votaré que no, naturalmente. ¿Acaso crees que estoy loco? -Entonces, ¿por qué tanto empeño en el referéndum? -¡Por dignidad! Sin comentarios. Segundo episodio: con el mismo amigo catalán tengo una discusión sobre el actual clima de violencia. Niega que el empecinamiento separatista pueda provocar un enfrentamiento -o guerra- civil en toda España. Y tras su ataque de fogosidad, concluye: -Eulogio, no te lo tomes tan en serio: al final la gente siempre entra en razón y nunca pasa nada. Además, concluye, estoy de acuerdo contigo en que Cataluña jamás será independiente. De acuerdo pero, entonces, ¿por qué montan este pollo? Por narcisismo, claro está: la máxima pretensión de los separatistas es que toda España, a ser posible, toda Europa, viva pendiente de ellos. Por supuesto que voy a votar no, pero por dignidad quiero un referéndum… ¡por dignidad! Ahora me dice: no te lo tomes tan en serio, Eulogio. Al final se impondrá el sentido común. Y entonces, ¿para qué montar este pollo, con perversión de niños y manipulación de adolescentes incluido? Ahora voy a poner un tercer ejemplo, pero no se trata de ningún amigo: se trata de una escritora y articulista, habitual de la prensa catalana, quien manifiesta que es partidaria del referéndum pero que le da miedo la independencia. Es más, manifiesta que su verdadera intención es saber si con esta sublime majadería fuera posible "cambiar España". ¿Comprenden? Algunos -¿o son muchos?- catalanes separatistas están dispuestos a quedare en España si logran cambiar a España y conformarla al modo catalán. ¿Cabe mayor soberbia? Ya hemos dicho que esto es lo que salva a Rajoy: el nacionalismo catalán ha desarrollado un complejo de superioridad tan considerablemente cretino, que ya no se pueda argumentar con la soberanía nacional, es decir, con un referéndum para todos los españoles. A lo mejor resulta que la mayoría de los 'seres inferiores' del resto de España votarían por expulsar a los catalanes de una patada en las posaderas, al grito de ¿quiénes se han creído que son estos tíos? O al otro grito de "pero ¿qué quiere esta gente?". Lo que ya no soporta Juan Español no es el narcisismo y la pesadez separatista, lo que ya no soporta es la arrogancia del separatismo catalán. Eulogio López eulogio@hispanidad.com