En 2011, Mercadona firmó el Pacto Mundial, la iniciativa a través de la cual la ONU promueve los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Eso no es nuevo. Lo que sí llama la atención es que es la primera vez que Mercadona dedica dos páginas de su Memoria anual 2019, además de breves recordatorios a lo largo de todo el documento, a los ODS, uno de los mayores engaños de Naciones Unidas que promueven, entre otras cosas bonísimas, el aborto y la ideología de género.

El tercer punto -“Salud y bienestar”- es el más clamoroso: “Para 2030, garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación familiar, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales”, concreta el punto 3.7 de los ODS.

Naciones Unidas no habla directamente de aborto y sí de salud sexual y reproductiva, y de planificación familiar que, en el lenguaje ONU significa precisamente eso, aborto en sus tres modalidades: aborto quirúrgico, anticoncepción (aborto químico) y esterilización. Así quedó establecido en 2004 por la Convención Internacional contra toda forma de Discriminación de la Mujer. O sea, matar al niño.

Las grandes empresas españolas firmantes de los ODS -prácticamente todo el IBEX- aseguran que ella no promocionan el aborto sino el resto de principios 'made in ONU". Pero lo cierto es que firman todos los principios ODS, incluido el tercero.

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“La Convención pide en tres de sus artículos que se instrumenten programas de “planificación familiar” (artículos 10, 12 y 14). Posteriormente, el Comité “interpretó” que esa expresión (planificación familiar) incluye la “anticoncepción, la “esterilización” y el “aborto”. Por lo tanto, lo que en 1979 se entendía por “planificación familiar”, cambió de significado”, explica el experto en Naciones Unidas y en el Nuevo Orden Mundial, Juan Carlos Sanahuja, en su libro ‘Poder Global y Religión Universal’.

Juan Roig, que el martes dijo aquello de que “el planeta en un ser vivo”, ha caído en la trampa, en la que también han caído las principales empresas españolas del Ibex. A más de un directivo le vendría bien revisar antes lo que firma, sobre todo si viene de Naciones Unidas. Juan Roig ha triunfado en su nobilísima tarea de "llenar la tripa", que es objetivo primario del hombre y ha creado una empresa envidiable. No necesitaba, para nada, entrar en la venenosa trampa de los pactos mundiales inspirados en los ODS.