• Vivimos el infierno habitual de todos los casanovas: un ansia siempre creciente de un placer siempre decreciente.
  • Y eso que los infartos forzados empiezan a multiplicarse.
  • ¿Qué pinta un vejestorio intentando perpetuar su capacidad de engendrar cuando ya no puede ni quiere?
  • A lo mejor es que somos una generación de imbéciles.
Las estadísticas indican claramente que, debido al exceso de trabajo, los pudientes están cayendo como moscas por exceso de viagra. ¿Qué hace un vejestorio forzando su corazón para poder seguir copulando? ¿Qué pinta un vejestorio intentando perpetuar su capacidad de engendrar cuando ya no puede engendrar? El sexo se inventó para la descendencia, que es su fin natural, no para perpetuar lo imperturbable, como si la actividad sexual de hombre y mujer, en lugar de formar una sola carne, fuera un escozor. Al mismo tiempo que se disparan los mártires del viagra, resulta que España no tiene hijos. Es decir, que la sexualidad parece haberse convertido en un picor tan inexcusable como innecesario.

En cualquier caso, hemos convertido la sexualidad en un picor sexual, en un escozor que tenemos que rascar sabiendo que enseguida volveremos a sentirlo.

Belial -demonio- es una voz hebrea que significa inútil. Por algo será. Somos imbéciles hiposexuales incapaces de engendrar e imbéciles hipersexuales incapaces de salir del infierno habitual de todos los Casanovas: un ansia siempre creciente de un placer siempre decreciente. A lo mejor es que somos una generación de imbéciles. Eulogio López eulogio@hispanidad.com