Conozco a los autores de Manzana para dos, el libro de Planeta que acaba de exponerse en las librerías. Alfonso Basallo y Teresa Díez, padres de siete hijos, no conejas, así que me esperaba una buena obra. Sólo que no la esperaba tan buena. Además, la resolución de contar la historia de hombre y mujer, es decir, dela humanidad a través del artificio literario de que sea la serpiente del Edén quien nos explique su postura es una genial y difícil idea que resulta extraordinariamente divertida para el lector.
¿Y si la mujer renuncia al trabajo y se dedica a su esposo y a sus
hijos, ¿sería más feliz?
Pero no me esperaba tanto: me he encontrado con un libro brillante por original. Es decir, porque vuelve al origen de las cosas. Si fuera brillante por cualquier otra cosa me preocuparía. También la serpiente narradora es brillante, probablemente más que cualquiera. Además, Basallo y Díez explican conceptos en imágenes, que es la marca de la genialidad divulgativa.
Es un libro de hallazgos, de instrumentos para ver la realidad, para responder a porqués. Por ejemplo, un hallazgo de los autores es el Dogma de la Santa Evolución porque el problema filosófico del hombre actual no es que confíe demasiado en la ciencia, sino que llama conocimiento científico a lo que no lo es. Más hallazgos de los dos de la manzana: no es malo nada de aquello que el hombre busca en la mujer ni la mujer en el hombre: lo malo es cuando ese anhelo se vuelve morboso. Entonces ella y él dejan de ser algo fascinante para convertirse en algo aprovechable. Otro hallazgo. Vindicación de la masculinidad a favor de la feminidad. La virilidad ­de la serpiente -lo sabe bien- consiste en consolar sin reclamar consuelo. La virtud más masculina es la fortaleza, que conlleva serenidad. Al varón enervado y quejumbroso ­ahora le llamamos hombre con espíritu crítico, que nada tiene de viril.
Pero no se equivoquen: la serpiente considera que su peor enemigo humano es la 'gusana', Eva, la mujer, subespecie capaz de todas las heroicidades y de todas las bribonadas. Pero el tentador se vanagloria de sus victorias sobre la gusana: "En el Edén la camelé con la manzana y en 1960 con la píldora. No tuve que herniarme, copié y pegué la vieja frase, con una oportuna aportación gramatical: 'Seréis como diosas'. No tenían la humildad de la esclava sino la pedante vanagloria de la marisabidilla. Y ahí las tienes: ni vírgenes ni madres: ¡Menudas diosas!".
Por otra parte, Manzana para dos es políticamente incorrecta de verdad: perpetra el sacrilegio de proponer que la mujer se quede en casa. No es la opción ideal para los autores ­vía serpiente, pero sí la mejor opción en un mundo moderno donde se han divorciado familia y trabajo y donde la universidad no es un centro de sabiduría sino un método para encontrar empleo. Ocurre que el sistema productivo ha subido los impuestos y reducido los salarios, y entonces ahora se necesitan dos salarios para gobernar un hogar sin hijos.
La serpiente de Alfonso y Teresa considera que la renuncia de la mujer a su esposo, a la maternidad y al hogar ha constituido su gran victoria sobre la mujer y sobre el género humano. Y yo estoy convencido de ello. Chesterton, a quien los autores citan con generosidad lo explicaba así: "200.000 mujeres gritan: 'no queremos que nadie nos dicte' y a renglón seguido van y se hacen dactilógrafas". O también así: "La mujer ha dejado de ser reina de su familia para convertirse en esclava de su jefe". Y como decía un compañero periodista ­muy progresista y que negará en público tal afirmación: "¿A éstas quien las ha engañado?". Si quieren ustedes un manual sobre el amor, la familia y el esquema social y económico de la sociedad actual pueden leer muchos ladrillos ásperos o pueden divertirse con este volumen de 233 páginas. Lo entenderán mejor, sabrán lo mismo y se divertirán mucho más.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com