No me preocupa el enfrentamiento entre israelíes y palestinos pero sí el duelo entre Israel e Irán, entre sunitas y chiítas. Occidente -e Israel- ha optado por los primeros: ¡Qué inmenso error!

Los sunitas de Arabia Saudí son más fanáticos y más cristófobos que los chiítas de Teherán. Ahora, Israel se siente amiga de Arabia y atacada por Irán. Por eso bombardea tanto al Líbano como a Siria, apoyada, además, por Rusia.

Todo un peligro.