• No son los lefebristas los que más daño hacen a la Iglesia sino los que frenan la labor del Espíritu Santo.
Digan lo que quieran pero yo voy a seguir resumiéndoles las revelaciones de Cristo a la madrileña Marga, humilde madre de familia. Otra píldora: "No son los lefebristas los que más daño hacen a la Iglesia. El mayor daño hecho a la Iglesia viene de los soberbios y orgullosos y los sin-caridad para con Dios y con sus hermanos". Y ahora viene el aparte, que es lo más interesante: "Y aquellos que no son capaces de reconocer los signos de los tiempos y que Dios habla a través de apariciones y revelaciones a pequeños arquitectos tan humildes como tú. Aquellos soberbios que, encumbrados en los puestos que Dios les ha dado, en lugar de servir al pueblo poniéndose en manos de Dios, se dedican a frenar todos los signos de los tiempos y la acción del Espíritu Santo. Se dedican a frenar la voz de Dios". Aquí no tengo nada que añadir, lo estropearía. Pero hay más: "Dios en cada momento de la historia de la Iglesia, ha enviado su Espíritu para que sus hombres puedan ver. Y en estos momentos lo hace por medio de su madre". Al parecer, el papel de Santa María en esta etapa de fin de ciclo no es importante, es lo único importante. Eulogio López eulogio@hispanidad.com