Mariano Barbacid le trajo a España José María Aznar. Al PSOE no le hizo gracia, porque se trataba de un investigador de derechas. Es más, su esposa, otra conocida investigadora, es Mónica López Barahona, directora, nada menos, que de la cátedra Jérôme Lejeune, el científico francés que demostró que cuando el feto mide escasos milímetros, ya tiene todos los órganos vitales en marcha. A Lejeune, amigo personal de san Juan Pablo II, se le considera el padre de la genética moderna, el identificador de la trisomía XXI (Síndrome de Down).

Vamos que Barbacid y su esposa siempre han sido para el PSOE dos peligrosos provida. O sea, unos fascistas.

Y ahora resulta que Barbacid ha demostrado que se puede curar el cáncer en ratones y entones el Gobierno Sánchez, muy a su pesar, se ve obligado a lanzar loas al científico fascistoide (o sea provida, como creo haber dicho antes).

A veces, la política progresista resulta muy dura y se hace necesario alabar a los malvados. Pregunten en Moncloa.