• Acaba de perder otra oportunidad para desconvocar las plebiscitarias de septiembre.
El presidente de la Generalitat tiene algo de adolescente. No soporta que le ignoren. Recientemente, en una cena con empresarios catalanes, Artur Mas (en la imagen) aseguró que de buena gana daría marcha atrás en su proceso independentista pero que si hiciera tal cosa le matarían. ¿Quién? No está claro porque la centralidad la ocupa él y sólo él. Lamento discrepar señor president. Usted se ha metido en un callejón sin salida, es cierto, pero también lo es que no quiere salir de él. Ahora ha tenido otra excelente oportunidad para hacerlo: si los aguerridos muchachos de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium, Ayuntamientos catalanes por la independencia y compañía exigían una lista sin políticos (un Barça sin futbolistas, que diría Margallo) y otras exigencias tirando a agresivas, hasta una comunista como cabeza de lista, el señor Artur Mas podría haber aprovechado para decir: pues miren, no, así no. Desconvoco las elecciones y me quedo de presidente hasta finales de 2016. Y hemos terminado. No lo hizo. ¿Por qué? Porque le gusta estar exactamente donde está: en el vértigo de la independencia, haciendo daño a todo el país. En la misma cena, habló Mas de la actitud de Madrid que ni le recibe cuando millones de personas salen a la calle gritando independencia. ¿Acaso pretende que le reciba el Gobierno de España para romper España? ¿Quiere que le reciba a él como representante de la autonomía catalana cuando ha dicho que votó por la independencia de Cataluña? En cualquier caso, no es que Artur Mas se haya metido en una aventura independentista de la que ahora no sabe cómo salir. Lo cierto es que no quiere salir. Está en un callejón sin salida porque le da la realísima gana. Eso sí, tendrá que pechar con las consecuencias. ¿Qué les parece un presidente de la Generalitat con un gobierno sostenido por una marea de partidos que nada tiene que ver con su ideología más una serie de nombres escogidos, no por sus principios sino por su soberanismo, más una serie de asociaciones que no creen en otra cosa que en lograr su objetivo independentista? ¡A que es genial! Eulogio López eulogio@hispanidad.com