Podemos mirar hacia otro lado pero eso no cambiará mucho. Lo cierto es que uno de los primeros objetivos del Gobierno frentepopulista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias consiste en obligar a los médicos a practicar abortos. 

Como siempre ocurre en política, el verdadero objetivo se disfraza con una gran mentira: el gobierno PSOE-Podemos tratan de introducir el aborto quirúrgico en la sanidad pública para que no tengan que acudir las mujeres a abortorios privados (una tontería, dado que acuden a matar a su hijo a clínicas abortistas privadas y luego la factura se la paga la Seguridad Social).

Pero ¿cómo hacer tal cosa cuando la inmensa mayoría de la clase médica, a pesar de la degeneración acelerada de España, mantiene que lo suyo es dar vida y no muerte y se niegan a practicar abortos?

Pues sencillo: suprimiendo la objeción de conciencia de los médicos para practicar abortos, empezando por situaciones de 'emergencia'. Ejemplo: cuando una mujer viene a que se le practique un aborto por Urgencias. Por ese tipo de situaciones viene la trampa y con ese tipo de excepciones se forja la norma.

La idea-trampa, en este caso, procede del componente podemita del Ejecutivo.

Hay que defender la objeción de conciencia o no podrá hablarse de libertad. Porque sin objeción de conciencia tampoco hay libertad de conciencia y sin libertad de conciencia tampoco hay… conciencia ni tan siquiera consciencia.