• Rahola no cree en las misas pero se rasgas las vestiduras si se ofrecen por Franco.
  • Y si monseñor Cañizares permite una misa en Valencia por el alma de Franco, el cardenal es un integrista islámico pero en católico (y católico bajito).
  • ¿Qué diría Rahola si monseñor Cañizares permitiera una misa en Valencia por Lluís Companys?
  • Porque seguro que la permitía. Doña Pilar no tiene más que solicitarla.  
  • Conclusión: a Cristo o se le ama o se le odia. Ese es el problema.
  • Y si yo hubiera vivido en 1936 y fuera católico como lo soy hoy, me habría echado al monte… siguiendo al tal Franco. Cuestión de supervivencia.
Nos encanta Pilar Rahola. Su holograma sería el de un particular que gira en círculos a velocidad acelerada, luego, en un momento dado, abandona la elipse, pues sale disparada hacia alguno de los cuatro puntos cardinales. Es el momento cenital, en el que el argumento de doña Pilar se hace un ovillo y se desorbita en un estallido de velocidad. El problema es que pierde el control. Ejemplo, edición de La Vanguardia, miércoles 2 de julio. A título: Bajo Palio. Doña Pilar nos habla del arzobispo Cañizares, un fundamentalista católico de la peor especie (y cuidado que es bajito, el tío). Doña Pilar brama porque el tal Cañizares ha permitido que el 18 de julio se oficiase en Valencia una misa por el alma de Francisco Franco, "aquel tirano que mató a miles de personas". Esto siempre me ha llamado mucho la atención. Rahola no es católica, se ha confesado agnóstica en varias ocasiones. Por tanto, no cree en la misa, ni en sus propiedades para el alma de nadie, sea opresor u oprimido. Por no creer, sospecho que tampoco cree en el alma. Sin embargo, le fastidia que ese sinsentido se ofrezca por quien ella aborrece. ¿Qué diría Rahola si monseñor Cañizares permitiera una misa en Valencia por Lluís Companys? Porque seguro que la permitía. Doña Pilar no tiene más que solicitarla. Conclusión: a Cristo o se le ama o se le odia. Ese es el problema. Tenga cuidado, doña Pilar, no vaya a ser, también, 'su' problema. Y por cierto, doña Pilar, demasiado simple eso del verdugo y las víctimas. El 18 de julio fue un golpe de Estado militar, ciertamente, contra una democracia nominal, pero que se dedicaba a matar católicos por el sólo hecho de serlo. Eso no es muy democrático. Por tanto, como ya he dicho muchas veces si yo fuera joven en 1936 y fuera católico como lo soy hoy, me habría echado al monte… siguiendo al tal Franco. Comprenda doña Pilar, que de otro modo, me hubieran llevado a la checa. Cuestión de supervivencia. Eulogio López eulogio@hispanidad.com