• El problema político de hoy es que los políticos no quieren cambiar la sociedad sino llegar al poder.
  • Y mantenerse en él. Para ello, les basta la televisión.
  • Y lo más importante: la clase política no busca cambiar la realidad sino amoldarse a ella.
El futuro no lo deciden las urnas ni el hombre que elige a su Gobierno en elecciones libres. El futuro lo decide el desarrollo de los principios morales y de las ideas capaces de comprar una cosmovisión. Para ser más concreto, el futuro lo deciden esas ideas que acaban conformando principios morales y consiguiendo un consenso social sobre el mismo. Las urnas tan sólo deciden quién manda y eso es muy poco. Por otra parte, el líder no crea ideas ni credos. El líder los recoge y como mucho hace una operación de sincretismo hasta formar una pieza aparentemente nueva hecha de retales de anteriores piezas. Y si la 'novedad' gusta al público triunfa. Es la opinión pública quien decide cómo se organiza la sociedad. Por eso, Ortega y Gasset recordaba que la opinión pública manda, tanto en las dictaduras como en las democracias. Si hablamos de información, el medio más poderoso es la televisión que sigue conformando el voto. Pero el medio más influyente sigue siendo el lenguaje escrito. Ahora mismo, la red de redes. Y los políticos no quieren cambiar la sociedad, quieren llegar al poder. Bueno, y mantenerse. Eulogio López eulogio@hispanidad.com