Lo explicaba Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank. La entidad ha dedicado nada menos que 195 millones de euros para cubrir el coste de prejubilaciones de personal que ya ha cumplido 58 años de edad. A cambio, asegura Gortázar, la entidad se prepara para 700 nuevos fichajes.

Pues muy mal. Una entidad que ha sabido mantener el espíritu cajero, que conlleva la colaboración y promoción del empleado -en un continente que está abocado a retrasar la edad de jubilación porque el Estado del Bienestar está en quiebra y no tiene por qué ser tan malo- no puede entrar en el juego de las prejubilaciones. Y no vale la excusa de que se van a introducir 700 nuevas personas, porque hay que ver en qué condiciones lo harán. Además, ¿es que las que salen no han aprendido nada en 30 años de profesión?

Es imprescindible que el trabajador se comprometa con la empresa, que el empresario pague salarios justos y que se retrase la edad de jubilación

Las prejubilaciones son el cáncer de la economía. La sociedad 25 por 3 es la que nos ha llevado a la ruina. No se pueden dedicar 25 años a formarse y 25 años a trabajar y a partir de ahí estar pensando en la prejubilación pagada por los demás. Porque el sistema estalla.

Es verdad es que muchos trabajadores, aprovechando que no existe el despido libre, cuando llevan muchos años en una empresa se abotargan, se niegan a aprender técnicas nuevas y… sólo piensan en la jubilación. Pues bien, retrasemos la edad de jubilación hasta los 70 años de edad.

La sanidad pública gratuita quizás puede aguantar. La educación gratuita quizás pueda aguantar. Lo que no aguantará de ningún modo son prejubilaciones cada vez más tempranas y una esperanza de vida cada vez más larga. Y poco importa que las prejubilaciones las pague la empresa. Está restando condiciones de empleo al que empieza por debajo. Y en cualquier caso, ¿por qué fomentar la vagancia?

Pocas bromas con esto, porque la sociedad 25x3 nos lleva directamente a la ruina. O a lo que ya tenemos: salarios ínfimos, pago de pensiones siempre en peligro y economía sumergida.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com